domingo, 19 de febrero de 2012
viernes, 10 de febrero de 2012
Oda a la libertad
¿Quién eres tú que habitas aquí
dentro de este cuerpo esclavo?
¿Quien soy yo que habito aquí,
junto contigo
¿A caso eres mi amigo?
Quiero ser libre,
enamorada de Libertad,
la más grande utopía
encerrada en esta jaula.
Todos somos esclavos de algo
de tanto pensar ya me quedé calvo.
Calvo pero libre.
Aunque esclavo del pensar.
Libertad, amiga mía
que me atraes y me abandonas
seductora y ladrona.
¿Nuestro primer encuentro?
tenía yo 13 años,
y te vi, exhuberante Libertad
entrando a la adolescencia
saliendo de la preciosa pubertad.
Aquí estoy presa dentro de mí.
alguien dijo: Codiciada Libertad,
¿La conoces?— Pretenciosa
La conozco en el atrevimiento.
y re conozco en la fantasía.
La vivo en la demencia
y la añoro en la ausencia.
La he de amar en la escencia.
Tengo la libertad de escribir versos
con estas manos que acarician
y abofetean a quienes sí escriben.
Ellos o ellas nunca lo perciben.
No soy aún preso de lo que escribo.
Mis letras son libres.
Odio escribirlo
Porque al escribirlo
en virtual formato se encarcelan
aunque por tus ojos se liberan.
jueves, 9 de febrero de 2012
Sueño 9 de febrero del 2012
Andaba con dos amigas y una de ellas entrevistaba a un escritor en su edad de oro, más de 60 años. Luego él nos invita a cenar. Mientras lo esperamos nos damos cuenta de que es un aesino en serie. Cuando regresa es un hombre más jóven. Fuerte y energético. Nosotras sentimos miedo. Una de las amigas que a veces soy yo, toma el físico de una actriz, a quien la noche anterior (la real) vi en una película que se llama "Crónicas Chilangas" Esta actriz en su papel de mujer adicta a la pornografía, soy yo y es una amiga en mi sueño, como que de repente cambia.
viernes, 27 de enero de 2012
De regreso de la muerte. San Lázaro me quedó corto.
Cuando di a luz a Víctor, emn el 2007, tuve un accidente por
negligencia médica. La doctora Yolanda Montes, quien me atendió en el
Hospital Providencia en la ciudad de El Paso, dejó partes de placenta en
mi útero. A los once días de nacido mi bebé, a las tres de la mañana
del día 17 de noviembre me levanté como desesperada, me dio como un tipo
de ataque de hiperactividad. No podía dormir y se me ocurrió lavar los
trastes. Había cocinado menudo el día anterior así que empecé a limpiar y
limpiar. Terminé y me regresé a la cama. Empecé a temblar, estaba
arrojando mucha sangre por la vía vaginal. Le dije a mi esposo que algo
estaba mal, tenía mucho frío. No me dolía nada y le sugerí que me
llevara al hospital. Levantamos a los niños y nos subimos a la
camioneta. Una Explorer 2007 que acabábamos de comprar. El color beige
de los asientos fue todavía cubierto por el plástico original con que
estaba cubierto el día que la sacamos de la agencia. Me senté. Durante
el camino iba pensando qué podía estar pasando.
Ingresé al hospital y me dijeron que mi matriz estaba sucia. Que tenía sceptisemia. Me llevaron rápidamente a la sala de cirugía donde limpiaron mi órgano maternal. La sangre no se detenía. Cuando cerraron la herida, la enfermera notó que mi vientre temblaba, la sangre no paraba y tomaron la decisión de extirparme el órgano. Mis posibilidades de ser madre otra vez terminaron esa fría madruga de noviembre. Cuando desperté fue impresionante. pensé que había muerto porque mis ojos estaban cubiertos por cinta adherible, mis manos amarradas a unas tablas o algo así. Parecía crucificada. No podía ver nada y no me poodía mover. "Ya habré muerto?" me pregunté. Tenía un tubo adentro de mí que me permitía respirar. No oí nada, no pude ver nada. Horas, días después, no se cuanto tiempo pasó, pude ver mis manos mi cuerpo otra vez, Retiraron la cinta adhesiva de mis ojos y el tubo, pude respirar otra vez por mí misma. Mi esposo estaba ahí. Le pregunté que había pasado. Me contó la historia. Yo lloré no se porqué. Él apareció una que otra ocasión. la mayor parte del tiempo estuve sola durante 5 o 6 días. Mi familia empezó a circular. Llegó mi mamá y lloró a mi lado. Luego mis hermanas. Lloré y lloré durante muchas horas, Luego llegó mi suegro, quien me veía con mucha ternura. Mi papá, Lorenzo, mi hermano mayor y su familia; mi hermano Lalo y su esposa, los dos doctores, quienes, cuando estaba inconsciente se encargaron de explicar a mis padres qué era lo que estaba pasando y porqué estaba conectada a esos tubos. Mis hijos no podian subir a verme al cuarto o quinto piso donde me hubicaron en terapia intensiva.por ser menores de edad. Sólo los veía por la ventana.
Fue un momento extraño de mi vida. Estuve a punto de morir. El doctor me dijo que era yo muy afortunada y lo fui, creo. Pude estar con mis hijos otra vez. Mi matrimonio se fue de pique. Él no trabajaba y me sugirío un día de mi convalescencia que podíamos demandar y me dió mucho coraje "estaba pensando que con lo del desempleo y lo que ganemos de la demanda podemos vivir un tiempo" Me indingé, le grité que era un mediocre, qué como en ése momento podía estar pensando en demandas o vivir de una demanda cuando estabamos en esa situación. Yo tenía un buen trabajo, era co editora gráfica del periódico en español de la empresa periodística de ese tiempo, El Paso Times. Pero estaba incapacitada por el nacimiento del bebé y estaba ganando el 66 por ciento de mi salario. Ya teníamos mucho tiempo batallando porque a él le daban crisis de nervios constantemente y cambiaba de trabajo una y otra vez. Ya estaba muy cansada de la situación y entré en un estado depresivo muy profundo.
Esos estados depresivos son constantes de repente mi vida no tiene sentido. Sólo un sentimiento de tristeza y amargura invade mi vida y no hay nada que lo pueda evitar. Repentinamente se va y me desposee, y mi vida se vuelve feliz el optimismo se refleja en todas las paredes, se respira en el aire, me envuelve con mi ropa, lo veo en el monitor de la computadora o en la televisión. Siempre ha sido así, pero antes no los detectaba como una enfermedad, los atribuía a algún suceso o los descargaba en quien estuviera más cerca. o, si estaba sola platicaba con el suicidio, trataba de seducirme pero las caritas de mi hijos impidieron que diera fin a esa vida sin sentido. Dice una amiga illustradora que cuando uno está deprimido es porque traes algo que quiere salir de tu mente y no logras sacarlo, es como estar embarazada y no dar a luz. Y entonces ahora me pongo a escribir y decir con estas líneas lo que me viene a la mente, tal vez tome forma de libro.
Ingresé al hospital y me dijeron que mi matriz estaba sucia. Que tenía sceptisemia. Me llevaron rápidamente a la sala de cirugía donde limpiaron mi órgano maternal. La sangre no se detenía. Cuando cerraron la herida, la enfermera notó que mi vientre temblaba, la sangre no paraba y tomaron la decisión de extirparme el órgano. Mis posibilidades de ser madre otra vez terminaron esa fría madruga de noviembre. Cuando desperté fue impresionante. pensé que había muerto porque mis ojos estaban cubiertos por cinta adherible, mis manos amarradas a unas tablas o algo así. Parecía crucificada. No podía ver nada y no me poodía mover. "Ya habré muerto?" me pregunté. Tenía un tubo adentro de mí que me permitía respirar. No oí nada, no pude ver nada. Horas, días después, no se cuanto tiempo pasó, pude ver mis manos mi cuerpo otra vez, Retiraron la cinta adhesiva de mis ojos y el tubo, pude respirar otra vez por mí misma. Mi esposo estaba ahí. Le pregunté que había pasado. Me contó la historia. Yo lloré no se porqué. Él apareció una que otra ocasión. la mayor parte del tiempo estuve sola durante 5 o 6 días. Mi familia empezó a circular. Llegó mi mamá y lloró a mi lado. Luego mis hermanas. Lloré y lloré durante muchas horas, Luego llegó mi suegro, quien me veía con mucha ternura. Mi papá, Lorenzo, mi hermano mayor y su familia; mi hermano Lalo y su esposa, los dos doctores, quienes, cuando estaba inconsciente se encargaron de explicar a mis padres qué era lo que estaba pasando y porqué estaba conectada a esos tubos. Mis hijos no podian subir a verme al cuarto o quinto piso donde me hubicaron en terapia intensiva.por ser menores de edad. Sólo los veía por la ventana.
Fue un momento extraño de mi vida. Estuve a punto de morir. El doctor me dijo que era yo muy afortunada y lo fui, creo. Pude estar con mis hijos otra vez. Mi matrimonio se fue de pique. Él no trabajaba y me sugirío un día de mi convalescencia que podíamos demandar y me dió mucho coraje "estaba pensando que con lo del desempleo y lo que ganemos de la demanda podemos vivir un tiempo" Me indingé, le grité que era un mediocre, qué como en ése momento podía estar pensando en demandas o vivir de una demanda cuando estabamos en esa situación. Yo tenía un buen trabajo, era co editora gráfica del periódico en español de la empresa periodística de ese tiempo, El Paso Times. Pero estaba incapacitada por el nacimiento del bebé y estaba ganando el 66 por ciento de mi salario. Ya teníamos mucho tiempo batallando porque a él le daban crisis de nervios constantemente y cambiaba de trabajo una y otra vez. Ya estaba muy cansada de la situación y entré en un estado depresivo muy profundo.
Esos estados depresivos son constantes de repente mi vida no tiene sentido. Sólo un sentimiento de tristeza y amargura invade mi vida y no hay nada que lo pueda evitar. Repentinamente se va y me desposee, y mi vida se vuelve feliz el optimismo se refleja en todas las paredes, se respira en el aire, me envuelve con mi ropa, lo veo en el monitor de la computadora o en la televisión. Siempre ha sido así, pero antes no los detectaba como una enfermedad, los atribuía a algún suceso o los descargaba en quien estuviera más cerca. o, si estaba sola platicaba con el suicidio, trataba de seducirme pero las caritas de mi hijos impidieron que diera fin a esa vida sin sentido. Dice una amiga illustradora que cuando uno está deprimido es porque traes algo que quiere salir de tu mente y no logras sacarlo, es como estar embarazada y no dar a luz. Y entonces ahora me pongo a escribir y decir con estas líneas lo que me viene a la mente, tal vez tome forma de libro.
jueves, 26 de enero de 2012
Sueño 26 de enero del 2012
Estoy con mi hermana en un cuarto, con otras personas. De repente empiezo a discutir con alguien y todos me dicen que lo que yo digo no es cierto. Empezamos a discutir y luego mi hermana discute conmigo. Todos lo apoyan a ella y ella pone cara de tristeza, de que yo la ofendí o hice algo incorrecto. Y todos la tratan como compadeciendola, ella trata de consolarme pero yo la rechazo, porque a pesar de que quiere consolarme, todo el mundo está de parte de ella.
Segundo sueño.
Voy a una farmacia y voy a comprar cigarros. Luego aparece alguien que conozco pero no recuerdo su nombre. Hace referencia el vendedor a los cigarros y yo le digo que estoy de regreso al vicio.
Interpretación:
jajaja!! Tengo mucha ansiedad y quiero curarla fumando!
Segundo sueño.
Voy a una farmacia y voy a comprar cigarros. Luego aparece alguien que conozco pero no recuerdo su nombre. Hace referencia el vendedor a los cigarros y yo le digo que estoy de regreso al vicio.
Interpretación:
jajaja!! Tengo mucha ansiedad y quiero curarla fumando!
miércoles, 25 de enero de 2012
Sueños Enero 25 del 2012
Sueño 1: Voy en una moto con mi niño de 4 años. Manejo del lado derecho de la carretera. Llego a una avenida y frente a mí está un policía de vialidad. Lo veo y veo que una línea especifica que no la pases, yo continúo el camino reduciendo la velocidad mientras el policía viendome a los ojos saca su libreta amarilla para multarme, mientras reduzco la velocidad le digo que es sólo un poquito lo que me voy a pasar. Él me ignora y continúa sacando la libreta para multarme. Yo le digo, sólo un poquito, sólo un poco!!! y me desespero por la frustración de que no me entienda.
Sueño 2. Una ex amiga con quien terminé mi relación por abuso verbal y asedio sexual y yo vivimos jutnas en un edificio muy antiguo en el centro de Ciudad Juárez. En ese edificio viví con mi familia cuando la conocí, a principios de los años 90. Ella me pide perdón y yo la ignoro. Aparece una amiga que ella me presentó, con quien continúo la amistad.
Sueño 3. Mi hijo me enseña una herida en la parte superior izquierda de la espalda, en el músculo entre el hombro y el cuello. Es una herida profunda pero no grave. Le digo, que si qué le pasó y no me dice nada. Estamos después en un hospital y una enfermera de recepción, vestida de blanco y con su cofia en la cabeza sale a revisarlo y le descubre el estómago. El ombligo de mi hijo se ve grande como de una pulgada, pero deshecho, como perforado por algo y en las orillas se ven restos de piel rota. Yo lo veo y pienso "fue abusado... nooooo!!!" luego la enfermera me dice: "Es el ombligo equivocado"
Sueño 2. Una ex amiga con quien terminé mi relación por abuso verbal y asedio sexual y yo vivimos jutnas en un edificio muy antiguo en el centro de Ciudad Juárez. En ese edificio viví con mi familia cuando la conocí, a principios de los años 90. Ella me pide perdón y yo la ignoro. Aparece una amiga que ella me presentó, con quien continúo la amistad.
Sueño 3. Mi hijo me enseña una herida en la parte superior izquierda de la espalda, en el músculo entre el hombro y el cuello. Es una herida profunda pero no grave. Le digo, que si qué le pasó y no me dice nada. Estamos después en un hospital y una enfermera de recepción, vestida de blanco y con su cofia en la cabeza sale a revisarlo y le descubre el estómago. El ombligo de mi hijo se ve grande como de una pulgada, pero deshecho, como perforado por algo y en las orillas se ven restos de piel rota. Yo lo veo y pienso "fue abusado... nooooo!!!" luego la enfermera me dice: "Es el ombligo equivocado"
viernes, 30 de diciembre de 2011
La hipnosis
Este es un personaje que será central en mi próxima novela gráfica. No se si llamará Bruhilda, Brunilda. Cuánta belleza hay en ella, quien se dice él cuando le conviene. Y no me refiero a belleza física que promueven los medios. Me refiero a que es un personaje que ha dejado huella en mi vida como uno de los más interesantes, entre quienes más me han confundido, conmovido y enfurecido.
No sé si está enferma de la cabeza o realmente es una persona totalmente corrompida al punto de hacer un daño sin límites a la gente con quien se cruza. Mi hijo, de 4 años, cuando llegó ella, comenzó a incomodarse por su presencia, empezó a hacer una rabieta marca demonio, gritando constantemente. Mi hija, de 12 años peleó durante un buen rato con él. La brujilla le señaló una bolsa de carbón para asador rota, de la cual los cubos de carbón se escapaban y desparramaban por los espacios de la bolsa. Los colores eran exactamente los de un tigre, se los señaló al niño y le dijo
–¡Ay viene un tigre!
a lo que el niño le contestó:
–¡¡No le tengo miedo al tiburón!! contestó en tono amenazante.
A él por alguna razón no le gustaba mi amiga y siempre que llegaba me hacía rabietas descomunales.
Yo en tono de reclamo le dije:
– Ya no lo estés asustando.
– Él trajo al tiburón. (contestó)
Después de un rato de escándalo se calmó.
Nosotras en el patio trasero, empezamos la travesía a la Cuarta Dimensión...
Vamos hipnotizarte y sanarte a través de eso. Si me preguntan porqué me presté a eso, ni yo misma sé la respuesta. En aquel momento no entendía muchas cosas. y así estuvo la cosa.
Ese día preparé un mole que me había traído de Oaxaca, ella me lo trajo. Hice unas enmoladas y compré un vino que traía a un felino en la etiqueta de color amarillo. Ella trajo otro, y dijo que invocaríamos a los espíritus de la savanna, o salvajes o no me acuerdo que... algo así.
Era una tarde de verano, muy cálida, el patio tiene dos viejos árboles, retorcidos y cuyos nudos constatemente, alimentados por mi imaginación, me miran con curiosidad. La mitad del terreno lo constituye una alberca en forma de riñón que cada verano es el centro de atención y convivios familiares en donde llega mucha gente a compartir conmigo y con mis hijos. Tiene un barandal negro de metal que puse a propósito para evitar que mi pequeño cruce hacia el área de la alberca.
Comimos como a las 6 de la tarde, tomamos una botella. Al inicio de la otra, –ya casi noche todo el mundo se había calmado. Ella empezó a contar y me dijo relájate...bla bla bla... y yo pretendí relajarme. Yo sentada a la cabecera de la mesa, en el lado angosto de la mesa rectangular, ella frente al lado ancho. Yo vestía unos shorts y una blusa de tirantes de espaguetti, azul. Ella vestía una falda corta tipo cargo, y una blusa de color claro, beige.
En un momento dado, por el rabillo de ojo visualicé una hielera de color azul al lado derecho, que estaba sobre una mesa de fiesta. Yo la empecé a visualizar como una pantalla azul, como la de la televisión, cuando no tiene CD y el color era muy vibrante.
Alrededor de mis ojos, o más bien, de mi área visual, frente a mi, o sobre enfrente de mi, una nube, de forma ovalada color gris, como humo gris, y le dije:
– veo como humo gris.
– ¡¡¡Es el puente!!!, me contestó, – es el puente que te llevará al subconsciente, Crúzalo!!! Te veo como una bruja, blanca con los ojos rojos!! Oh no sabes lo que estoy viendo!!! ¿Le seguimos?
– ¡¡¡No, tengo miedo!!! (Ni madres, que miedo iba a tener)
Se levantó y me abrazó, yo ya no sabía la manera de quitármela de encima, Después de tantas veces que me había dicho que tenía que darme un beso en la boca, para poder sanarme. Me abrazó y me puso sus flácidas glándulas mamarias en mi mejilla. Olía a grasa, horrible. Yo estaba sentada en la silla, pretendiendo tener miedo. Con mi cabeza inclinada hacia abajo y los hombros encogidos. Hasta que por fin se retiró. Me dijo que veía muchas cosas malas en mí. Nunca le creí porque nunca fue clara. Pienso que tal vez creía que yo creyera que yo realmente era un ser abominable, cuando a lo mejor era lo contrario, ella era la abominable. Nunca me convencieron sus visiones, pero con extraña fascinación e ignorancia me gustaba oirlas.
Y así transcurrió la noche, durante un rato seguimos platicando y me decía que porque la miraba así, que mis ojos tenía un brillo especial. Pero lo que yo veía era que se estaba retorciendo muy extraño, su cuerpecillo sin cintura y con senos bastante flácidos se movían como un reptil, ondeando hasta llegar a sus semi obesas piernas que el sedentarismo y la falta de ejercicio poco a poco iban deformando y transmutando a una asquerosa masa deforme como una piel de naranja magnificada.
Se retorcía y me decía a la par que estaba teniendo un orgasmo, que estaba teniendo un orgasmo tántrico. Y me enseñaba la ropa interior con cinismo. Yo sólo la observaba.
Cuando el supuesto orgasmo pasó su pelo cambiaba de forma constantemente, de estilos cortos lacios a ondulados a medio crecer hasta caireles donde las estrellas brillaban. le pregunté:
– Oye estoy viendo que tu cabello cambia de estilo, así como aquel video de Michael Jackson donde cambiaban las caras de los personages, que fue toda una innovación. Me dijo:
– ¡¡Ah!! es que estás viendo mis vidas.
Y yo :
–––¿? Mi mente se quedó en blanco, cada vez la entendía menos.
¿Era yo la que veía?. ¿O era yo quien me veía en ella? Y ¿era ella quien se veía en mí? Ella es la bruja blanca. O la enana, como le decía a otra amiga. Ella era todo lo que pretendía que nosotros fuéramos.
Era muy triste para mi ver la intención de tremenda mentalidad tan llena de mezquindad.
No sé en qué momento se llegaron las 4:30 am y la invité muy cordialmente a que se retirara.
Esta persona constantemente me mencionaba el consciente colectivo y yo ignorante, solo dejaba caer el maxilar inferior cada vez que empezaba a hablar... Hasta que un buen día, abrí los ojos y me dije que no podía seguir viendo la vida a través de las interpretaciones de los demás y me puse a leer. y lo primero que descubrí es que ella se refería el "inconsciente colectivo" término creado por Carl Jung. Y ella siempre lo mencionaba, ignorante yo, que le creía todo. Pendeja y Perezosa mental yo, que por no leer, dejaba que ella me dijera tantas mentiras, no es su culpa, es mi culpa. Ya lo entendí.
No sé si está enferma de la cabeza o realmente es una persona totalmente corrompida al punto de hacer un daño sin límites a la gente con quien se cruza. Mi hijo, de 4 años, cuando llegó ella, comenzó a incomodarse por su presencia, empezó a hacer una rabieta marca demonio, gritando constantemente. Mi hija, de 12 años peleó durante un buen rato con él. La brujilla le señaló una bolsa de carbón para asador rota, de la cual los cubos de carbón se escapaban y desparramaban por los espacios de la bolsa. Los colores eran exactamente los de un tigre, se los señaló al niño y le dijo
–¡Ay viene un tigre!
a lo que el niño le contestó:
–¡¡No le tengo miedo al tiburón!! contestó en tono amenazante.
A él por alguna razón no le gustaba mi amiga y siempre que llegaba me hacía rabietas descomunales.
Yo en tono de reclamo le dije:
– Ya no lo estés asustando.
– Él trajo al tiburón. (contestó)
Después de un rato de escándalo se calmó.
Nosotras en el patio trasero, empezamos la travesía a la Cuarta Dimensión...
Vamos hipnotizarte y sanarte a través de eso. Si me preguntan porqué me presté a eso, ni yo misma sé la respuesta. En aquel momento no entendía muchas cosas. y así estuvo la cosa.
Ese día preparé un mole que me había traído de Oaxaca, ella me lo trajo. Hice unas enmoladas y compré un vino que traía a un felino en la etiqueta de color amarillo. Ella trajo otro, y dijo que invocaríamos a los espíritus de la savanna, o salvajes o no me acuerdo que... algo así.
Era una tarde de verano, muy cálida, el patio tiene dos viejos árboles, retorcidos y cuyos nudos constatemente, alimentados por mi imaginación, me miran con curiosidad. La mitad del terreno lo constituye una alberca en forma de riñón que cada verano es el centro de atención y convivios familiares en donde llega mucha gente a compartir conmigo y con mis hijos. Tiene un barandal negro de metal que puse a propósito para evitar que mi pequeño cruce hacia el área de la alberca.
Comimos como a las 6 de la tarde, tomamos una botella. Al inicio de la otra, –ya casi noche todo el mundo se había calmado. Ella empezó a contar y me dijo relájate...bla bla bla... y yo pretendí relajarme. Yo sentada a la cabecera de la mesa, en el lado angosto de la mesa rectangular, ella frente al lado ancho. Yo vestía unos shorts y una blusa de tirantes de espaguetti, azul. Ella vestía una falda corta tipo cargo, y una blusa de color claro, beige.
En un momento dado, por el rabillo de ojo visualicé una hielera de color azul al lado derecho, que estaba sobre una mesa de fiesta. Yo la empecé a visualizar como una pantalla azul, como la de la televisión, cuando no tiene CD y el color era muy vibrante.
Alrededor de mis ojos, o más bien, de mi área visual, frente a mi, o sobre enfrente de mi, una nube, de forma ovalada color gris, como humo gris, y le dije:
– veo como humo gris.
– ¡¡¡Es el puente!!!, me contestó, – es el puente que te llevará al subconsciente, Crúzalo!!! Te veo como una bruja, blanca con los ojos rojos!! Oh no sabes lo que estoy viendo!!! ¿Le seguimos?
– ¡¡¡No, tengo miedo!!! (Ni madres, que miedo iba a tener)
Se levantó y me abrazó, yo ya no sabía la manera de quitármela de encima, Después de tantas veces que me había dicho que tenía que darme un beso en la boca, para poder sanarme. Me abrazó y me puso sus flácidas glándulas mamarias en mi mejilla. Olía a grasa, horrible. Yo estaba sentada en la silla, pretendiendo tener miedo. Con mi cabeza inclinada hacia abajo y los hombros encogidos. Hasta que por fin se retiró. Me dijo que veía muchas cosas malas en mí. Nunca le creí porque nunca fue clara. Pienso que tal vez creía que yo creyera que yo realmente era un ser abominable, cuando a lo mejor era lo contrario, ella era la abominable. Nunca me convencieron sus visiones, pero con extraña fascinación e ignorancia me gustaba oirlas.
Y así transcurrió la noche, durante un rato seguimos platicando y me decía que porque la miraba así, que mis ojos tenía un brillo especial. Pero lo que yo veía era que se estaba retorciendo muy extraño, su cuerpecillo sin cintura y con senos bastante flácidos se movían como un reptil, ondeando hasta llegar a sus semi obesas piernas que el sedentarismo y la falta de ejercicio poco a poco iban deformando y transmutando a una asquerosa masa deforme como una piel de naranja magnificada.
Se retorcía y me decía a la par que estaba teniendo un orgasmo, que estaba teniendo un orgasmo tántrico. Y me enseñaba la ropa interior con cinismo. Yo sólo la observaba.
Cuando el supuesto orgasmo pasó su pelo cambiaba de forma constantemente, de estilos cortos lacios a ondulados a medio crecer hasta caireles donde las estrellas brillaban. le pregunté:
– Oye estoy viendo que tu cabello cambia de estilo, así como aquel video de Michael Jackson donde cambiaban las caras de los personages, que fue toda una innovación. Me dijo:
– ¡¡Ah!! es que estás viendo mis vidas.
Y yo :
–––¿? Mi mente se quedó en blanco, cada vez la entendía menos.
¿Era yo la que veía?. ¿O era yo quien me veía en ella? Y ¿era ella quien se veía en mí? Ella es la bruja blanca. O la enana, como le decía a otra amiga. Ella era todo lo que pretendía que nosotros fuéramos.
Era muy triste para mi ver la intención de tremenda mentalidad tan llena de mezquindad.
No sé en qué momento se llegaron las 4:30 am y la invité muy cordialmente a que se retirara.
Esta persona constantemente me mencionaba el consciente colectivo y yo ignorante, solo dejaba caer el maxilar inferior cada vez que empezaba a hablar... Hasta que un buen día, abrí los ojos y me dije que no podía seguir viendo la vida a través de las interpretaciones de los demás y me puse a leer. y lo primero que descubrí es que ella se refería el "inconsciente colectivo" término creado por Carl Jung. Y ella siempre lo mencionaba, ignorante yo, que le creía todo. Pendeja y Perezosa mental yo, que por no leer, dejaba que ella me dijera tantas mentiras, no es su culpa, es mi culpa. Ya lo entendí.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)